ESPAÑA •elmercuriodigital ▫ Un 83,4 % de los trabajadores de Renfe y Adif que podían hacer huelga la han secundado en el turno de 13.00 a 15.00 horas, según informa el Sector Ferroviario de CCOO.
Están previstos más paros todos los viernes, hasta el 23 de octubre, de dos horas por turno (0-2; 13-15 y 20-22 horas).
CCOO denuncia que ni Adif ni Renfe han movido un ápice su actitud respecto a los puntos clave que motivan las acciones de movilización aprobadas en su momento por el Comité General de Empresa, sin el voto favorable de SEMAF.
CCOO reitera a los presidentes de Adif y Renfe la necesidad de crear empleo en las dos empresas ferroviarias con menos personal de toda Europa en el conjunto del ferrocarril. Además, el secretario general del Sector Ferroviario de CCOO, Manuel Nicolás Taguas, ha vuelto a decir que “Adif y el Ministerio de Fomento previeron 50 millones de pasajeros en Alta Velocidad para 2018, lo que implica más recursos humanos para atender la demanda prevista, así como las previsiones de Renfe de incrementar la actividad de Mercancías en los próximos años. Por ello, nuestra gran preocupación es la descapitalización humana de las empresas y sus consecuencias sobre el servicio a las y los usuarios, un servicio de AVE (19 millones de viajeros) que funciona, pero un servicio de Larga Distancia (10 millones de viajeros), Cercanías (406 millones de viajeros) y Regionales (más de 34 millones de viajeros) que se ha deteriorado por falta de personal y de procesos de mantenimiento de líneas convencionales y de trenes”.
Las movilizaciones, por tanto, no tienen otro objeto que salvar el ataque que el Gobierno actual aplica contra el ferrocarril público y la política de privatización continua de actividades, una política que atenta contra los intereses de las y los usuarios, al conceder a empresas privadas actividades que son rentables para la caja pública. Y atenta contra la situación de trabajadores y trabajadoras, cuyo futuro es incierto con esta política que permite el envejecimiento de la plantilla (la mayor de toda Europa, con 53,4 años de edad media), sin que se dé más solución que privatizar, en muchas ocasiones en condiciones de “dumping social”.
Están previstos más paros todos los viernes, hasta el 23 de octubre, de dos horas por turno (0-2; 13-15 y 20-22 horas).
CCOO denuncia que ni Adif ni Renfe han movido un ápice su actitud respecto a los puntos clave que motivan las acciones de movilización aprobadas en su momento por el Comité General de Empresa, sin el voto favorable de SEMAF.
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CCOO reitera a los presidentes de Adif y Renfe la necesidad de crear empleo en las dos empresas ferroviarias con menos personal de toda Europa en el conjunto del ferrocarril. Además, el secretario general del Sector Ferroviario de CCOO, Manuel Nicolás Taguas, ha vuelto a decir que “Adif y el Ministerio de Fomento previeron 50 millones de pasajeros en Alta Velocidad para 2018, lo que implica más recursos humanos para atender la demanda prevista, así como las previsiones de Renfe de incrementar la actividad de Mercancías en los próximos años. Por ello, nuestra gran preocupación es la descapitalización humana de las empresas y sus consecuencias sobre el servicio a las y los usuarios, un servicio de AVE (19 millones de viajeros) que funciona, pero un servicio de Larga Distancia (10 millones de viajeros), Cercanías (406 millones de viajeros) y Regionales (más de 34 millones de viajeros) que se ha deteriorado por falta de personal y de procesos de mantenimiento de líneas convencionales y de trenes”.
Las movilizaciones, por tanto, no tienen otro objeto que salvar el ataque que el Gobierno actual aplica contra el ferrocarril público y la política de privatización continua de actividades, una política que atenta contra los intereses de las y los usuarios, al conceder a empresas privadas actividades que son rentables para la caja pública. Y atenta contra la situación de trabajadores y trabajadoras, cuyo futuro es incierto con esta política que permite el envejecimiento de la plantilla (la mayor de toda Europa, con 53,4 años de edad media), sin que se dé más solución que privatizar, en muchas ocasiones en condiciones de “dumping social”.
