Por Gustavo Duch Si son tan amables, lean con atención estos párrafos que tomo prestados de un diario: «El 8 de mayo más de un millar de vecinos y vecinas, indignados todos ellos y ellas salieron a la calle ante lo que consideran un nuevo atropello para su territorio. Perfiles de personas mayores, jóvenes que animan el acto reivindicativo a golpe de cacerolas y tambores, nuevos rostros de personas que han decidido volver al campo, padres de la mano de sus niños y niñas que no quieren que recojan el testigo de una tierra desolada; todos y todas indignadas por una de las últimas operaciones planificadas, con el beneplácito de las Instituciones de nuestra tierra, para dar cobertura legal a una empresa que pinta de negro el futuro de nuestros campos y de nuestros pueblos. La indudable pretensión de autorizar la construcción de una mega-incineradora. «Los mensajes de los organizadores de la manifestación y en representación de las personas movilizadas no pudieron ser más claros. -E