OPINIÓN de Ilka Oliva Corado, Guatemala.- Cada vez que una tragedia golpea a Guatemala y en la que se ven involucradas las familias que habitan la alcantarilla, como en una ola de odio el rechazo permanente por parte de la clase media y la burguesía se hace visible de una forma tajante. Con mil rostros, máscaras y pronunciamientos. El más visible: “son familias disfuncionales”. Con esto buscando hundir aún más a esa parte de la sociedad a la que el sistema le ha negado todo. Y a la vez quitar toda responsabilidad al Estado y a la indolencia de una sociedad infestada de capitalismo y además racista, clasista y mente colonizada.