OPINIÓN de Mauricio Castaño H. , Colombia.- El árbol talaron, los obreros celebran, desaparece el bosque, los constructores aplauden, jugosas ganancias los esperan. La vegetación está inerme, los funcionarios ambientalistas obedecen órdenes de sus jefes empresarios, ellos declaran la guerra contra la naturaleza. La empresa colonizadora arrasa lo verde para verter cemento, están decididos arrancar el último puñado de hierba, extraer la última gota de petróleo para cocinar el último ratón cazado. El progreso ensaña a destruir, carrera loca para matar la pacha mama. Juzgan de freno naturalista otras formas de vida, no quieren saber nada de ecosistemas. La filosofía no enseña que nuestro reino animal es móvil, vamos de un lugar a otro en busca de alimento, más que sedentarios somos viajeros de equipaje liviano, contrario a las plantas, que permanecen fijas en la tierra, en sus profundidades explayan sus raíces para succionar nutrientes y sus ramas se abren, se explayan en dirección al so