OPINIÓN de Manuel Cobo* En este 14 de abril, día de la República, que celebramos el pasado jueves, se hace necesario mirar brevemente al pasado para hablar de Manuel Azaña, una figura tan presente en Alcalá de Henares como poco conocida. En los últimos tiempos percibo que cada vez que se habla de Manuel Azaña se olvida una parte muy importante y característica de su persona. Pie de foto: Foto de Pedro Enrique Andarelli Siempre se pone el acento en que Azaña fue un intelectual, que lo fue, sin duda. Se hace especial reseña a que fue un literato, lo cual es cierto. Se dice con frecuencia que fue un hombre de Estado, y así lo demostró cuando ejerció responsabilidades de Gobierno. Pero las referencias a Azaña se quedan en eso: en esa imagen de político serio, de gran oratoria, perfectamente ubicado en un despacho presidencial, sentado tras una gran mesa y rodeado de gruesos volúmenes de libros. Se olvida, a propósito, a mi entender, algo que caracteriza claramente a