OPINIÓN de Raúl Wiener Cuando llovieron los artículos indignados por la aparentemente tonta disquisición de un columnista de “El Comercio” acerca del pesimismo de Vallejos y Ribeyro, y su impacto negativo sobre la visión que los peruanos tenemos sobre nuestro país, los opinantes se centraron principalmente en la parte literaria del problema (relación entre creación y realidad) e ironizaron con justicia que el columnista de marras dijera admirar los escritos que criticaba pero al mismo tiempo considerarlo “peligrosos”. Algunos días después las encuestas nos informan que el Perú se está transformando, digamos que a pesar de Vallejos, Ribeyro, Arguedas, Vargas Llosa, Basadre, Mariátegui, Haya de la Torre y otros, en el país del optimismo radiante para contento del escribidor de “El Comercio” que debe creer que aquellos que creen que van a ganar son los únicos que realmente ganan, en cambio lo que critican y buscan culpables están condenados a la derrota. En un mundo en crisis los per