OPINIÓN de Jesús Gómez Gutiérrez .- Piqueta y empujón. Lo que va a caer es un pedazo de la sanidad pública de Madrid, el mayor plan de privatización de la SS. Y por fin, desde las zonas residenciales de la izquierda política, allá por Pozuelo y Majadahonda, se oyen voces como moscardas sobre un canapé. Se van a enterar. Iremos a los tribunales. Nos presentaremos en el Constitucional con los carrillos hinchados y las nalgas apretadas y una mirada intensa, en plan periodista hasta las cejas de coca, diputado hasta las cejas de coca o antidisturbios del montón. Zum, zumbido. Ponme con Viena, que suspendo el concierto de Año Nuevo. Entre ladrillo, ladrillo y ladrillo, acurrucada por el croajar de una señora marquesa y el ossea-sí de la esposa de, sustituta de un ossea-sí con ricitos, la izquierda política de Madrid se fue hace cuánto —¿quince años? ¿veinte?— y no se le ha visto el pelo desde entonces, salvo por un asunto de ladrillo, ladrillo y ladrido que llevó a la extraordinaria histo