Por Hassiba Hadj-Sahraoui La pandemia de COVID-19 está teniendo un impacto desproporcionado en los más vulnerables del mundo. Entre ellos figuran los más de 70 millones de desplazados forzosos a nivel mundial -refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos- así como los trabajadores migrantes, incluidos los migrantes indocumentados. Muchos de estos hombres, mujeres y niños viven en campamentos formales e informales, centros de recepción o centros de detención. Otros viven en las calles en refugios informales. Muchos carecen de acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento o acceso adecuado a atención sanitaria , y muchos no tienen estatus legal. La pandemia de COVID-19 exacerba y es exacerbada por las malas condiciones de vida. En estos lugares, las medidas preventivas a menudo no son posibles . ¿Cómo podemos pedir a la gente que se proteja a sí misma cuando no tiene un acceso fácil a agua o jabón ? ¿O que se auto aísle cuando viven en tiendas de campaña