OPINIÓN de Amy Goodman y Denis Moynihan .- Internet, el sistema nervioso electrónico del planeta, ha cambiado la sociedad humana. Ha transformado profundamente la manera en que vivimos nuestras vidas y ha sido un importante nivelador al permitir que la gente se conecte, publique y comparta a escala mundial. Se puede escribir, comprar y efectuar transacciones bancarias por Internet o también se puede organizar una manifestación que podría derrocar una dictadura. Sin embargo, Internet inaugura una era de intensa vigilancia al exponer nuestras comunicaciones más personales y privadas al ojo fisgón de compañías y gobiernos espías, sin mencionar a los criminales. Una forma de protegernos es mediante la criptografía, que brinda seguridad a nuestros datos y nos permite enviar y almacenar información digital en forma segura, básicamente a través de la codificación de la información. A fin de poder decodificarla, se necesita una clave o contraseña. El hecho de que la gente común pueda acceder