OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave Esta encrucijada, por llamarle de alguna manera, parecería una trama de la peor o más cruda película de terror, sin embargo la realidad nos ubica consternados: los líderes de los países ricos prefieren los negocios inmediatos al cambio climático, que de no implementarse podría, con seguridad, convertirse en el apocalipsis de este nuestro planeta tierra. Ante el fracaso de los países del Grupo de los 20, el G20, lo más ricos del mundo, que no lograron alcanzar un acuerdo para intentar limitar el calentamiento global a 1,5 grados, vino el llamado apremiante del Secretario General del de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, António Guterres, quien después de asegurar, no obstante desconsolado, que sin el liderazgo de este grupo no será posible lograr el objetivo, definió la posición del organismo internacional. El líder mundial, no se anduvo con rodeos, directo exigió a los países del G20 más ambición en la lucha contra el cambio climático. “