Romina Zanellato.- El lenguaje es el que marca el sentido, es el que articula el pensamiento y es el sistema de comunicación que actúa como un pacto de entendimiento con los demás. Si lo íntimo es político, el lenguaje lo es más todavía. Y va un ejemplo: Cristina Fernández abrió cada uno de sus actos diciendo “buenos días a todos y todas”, esa frase cumplía la función de visibilizar algo que estaba oculto por las formas de creación de sentido masculinas: ahí había mujeres, las mujeres hacemos política, las mujeres somos actores (¿actrices?) políticos, las mujeres somos receptoras del discurso político, somos y estamos. ¿Cómo escribir para ser inclusivo? ¿Qué va mejor, el @ en desuso, la x, la e o el asterisco? ¿Qué significa cada uno de esos usos? ¿Para qué hablar así? Porque el lenguaje establece realidades. Y el sistema patriarcal es el que vamos a romper.