OPINIÓN de Ilka Oliva. - No es ninguna sorpresa el resultado de las votaciones recientes en Guatemala. La verdad es que es mucho pedirle a una clase media, racista, mediocre, homofóbica, clasista y misógina. A un estudiantado universitario que absorbe muy bien lo que el sistema dicta, que está perfectamente alineado al dictamen del sistema educativo colonizador y empresarial. Es mucho pedirle a las personas que utilicen (por vida suya) dos dedos de frente. Es quimérico que formulen un criterio propio, que sean inquisidores de la realidad nacional. Que contrarresten, encaren, cuestionen, que exijan, que cambien. Eso mismo, que cambien, que tengan la capacidad de cambiar el sistema de corrupción e impunidad que nos hunde cada día más como país. De aquellas manifestaciones que solo bulla, carteles de colores y fotos (de perfil) fueron, no quedan ni las cenizas porque lo poco que tuvo de despertar lo fueron a entregar con el voto a Jimmy Morales. ¿En dónde está la consecuencia de aqu