OPINIÓN de Samuel Schmidt Sin afán de ser tremendista el escenario en el Medio Oriente conlleva el riesgo de una conflagración que podría desembocar en una tercera guerra mundial y me espanta el escenario de vivir una lluvia de misiles intercontinentales con una gran capacidad de destrucción, porque a las fuerzas islámicas no les interesa la modernidad sino el dominio, la shaaria. Se están decantando los ejes. Por un lado se encuentra Rusia, Irán, Corea del Norte y posiblemente China, aunque este puede optar por quedarse fuera para salir a recoger los restos del naufragio y dominar al mundo. A este eje se pueden sumar los países árabes y musulmanes como Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Iraq, Afganistán, del golfo pérsico como Qatar y hasta Arabia Saudita porque parte del botín sería la destrucción de Israel. Además países controlados por alguna de éstas potencias como Yemen. Turquía coquetea con ambos lados aunque le da refugio al líder de Hamas No descartaría la asistencia de algunos