OPINIÓN Por Teodoro Rentería Arróyave La propuesta o iniciativa de Reforma Constitucional para que los expresidentes de la República, en automático, se conviertan en senadores de la República ha provocado, cuando menos una agría polémica y el rechazo del presidente en turno, supuesto primer beneficiado, Andrés Manuel López Obrador. El controvertido senador de Morena, Alejandro Rojas Díaz-Durán, quien asumió el escaño por ser suplente de Ricardo Monreal Ávila, presentó la discutida iniciativa, que en su primera versión beneficiaba al actual primer mandatario, en el sentido de que los expresidentes de la República se convirtieran, ipso facto, en senadores de la República por un periodo de seis años a partir del término de su mandato. Quitémonos de eufemismos, de acuerdo con el proyecto presentado por Rojas Díaz-Durán, esto se traduce en un “pase directo”, es decir, sin necesidad de ser electos en las urnas y, nada más nos faltaba, que gozaran de la dieta correspondiente y de fuero cons