OPINIÓN de Patricia Grogg. - Entre los grandes desafíos de las reformas asumidas por el presidente Raúl Castro figura el de elevar la calidad de vida de la población cubana, enfrentada aún al impacto de una recesión iniciada hace más de 20 años que truncó sus aspiraciones de equidad económica y social. El aumento de las desigualdades se hizo evidente a partir de la crisis desatada tras la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista del este europeo, a principios de los años noventa. El “período especial” (como se denomina esa larga etapa recesiva) “afectó incluso moralmente el concepto de igualdad”, comenta el economista Esteban Morales. Para minimizar el costo de la recesión, el gobierno de entonces, encabezado por Fidel Castro (1959-2008), abrió el país a la inversión extranjera, fomentó con mayor fuerza el turismo internacional, legalizó la tenencia del dólar y creó las “tiendas de recuperación de divisas”, entre otras medidas cuyos beneficios económicos llegaron acom