OPINIÓN de Ilka Oliva Corado, EEUU.- El año pasado dudé de la legitimidad de las manifestaciones por corrupción y lo expuse abiertamente en mis artículos, sin embargo como muchos también las apoyé porque más allá de la clase media clasista y racista que infestaba las plazas, y que solo se escama cuando le tocan el bolsillo también estaba el pueblo real. Levanté mi voz desde el extranjero uniéndola a la de los parias que sin posar estaban ahí, como han estado siempre sin que los arreen y sin pedir a cambio reverencias.