El Día de Muertos se apropió en México del color, las sandías, los perros, el expresionismo e incluso el jaguar y la serpiente emplumada distintivos de Rufino Tamayo, al conmemorar el 25 aniversario de la muerte de este artista mexicano. Como parte de las tradicionales celebraciones mexicanas del Día de Muertos del 1 al 2 de noviembre, y como cada año, alumnos y académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dedicaron 85 ofrendas al pintor, grabador y escultor (1899-1991) en la Plaza de Santo Domingo de Ciudad de México. Nacido en Oaxaca, en el Estado del mismo nombre, hijo de indígenas zapotecas y, tal vez por ello, sin necesidad de reivindicar ideológicamente una herencia artística indígena que le era absolutamente natural, Rufino Tamayo fue un pintor de fecunda y larga vida, pues murió a la provecta edad de noventa y tres años, en Ciudad de México, en 1991.Su vocación artística y su inclinación por el dibujo se manifestaron muy pronto en el joven y su f