HRW: El día mundial contra el trabajo infantil pone de relieve la explotación en el sector doméstico
La organización insta a los gobiernos a ratificar el Convenio sobre Trabajo Doméstico
Los gobiernos deberían destacar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil (12 de junio de 2013), mediante el fortalecimiento de la protección jurídica de los 15,5 millones de niños que trabajan en el servicio doméstico en todo el mundo, dijo Human Rights Watch hoy. Los gobiernos deberían ratificar la Convención sobre los Trabajadores Domésticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que contiene disposiciones específicas para los niños, incluyendo normas para la educación y la protección contra la violencia.
El tema de este año para el Día Mundial contra el Trabajo Infantil será “No al trabajo infantil en el servicio doméstico”. La OIT estima que los niños representan casi el 30 por ciento de los trabajadores domésticos en todo el mundo y que el 73 por ciento son niñas.
“Para eliminar el trabajo infantil, los gobiernos no pueden ignorar a los niños que trabajan en domicilios particulares”, dijo Jo Becker, directora de defensa de los derechos del niño de Human Rights Watch. “A muchos de estos niños se les paga una miseria, si es que se les paga algo, y con frecuencia sufren abusos y trabajan en exceso. Los gobiernos pueden ayudar a estos niños mediante la ratificación de la Convención de Trabajadores Domésticos”.
Con la ratificación del tratado, los gobiernos pueden ayudar a eliminar el trabajo infantil doméstico, señaló Human Rights Watch. También pueden asegurar que los que están en edad de trabajar gocen de los mismos derechos que los demás trabajadores, como un día de descanso y un salario mínimo.
Desde la adopción de la Convención sobre Trabajadores Domésticos en junio de 2011, siete países – Uruguay, Filipinas, Mauricio, Nicaragua, Italia, Bolivia y Paraguay – lo han ratificado. Otros están tomando medidas para reformar sus leyes nacionales para que cumplan con las normas de la convención. Por ejemplo, en marzo, Argentina adoptó una nueva ley que establece 16 años como la edad mínima para el trabajo doméstico y fija límites estrictos al número de horas de trabajo para los niños de entre 16 y 18 años.
Investigaciones de Human Rights Watch han revelado que muchos trabajadores infantiles en el servicio doméstico trabajan 12 o más horas al día, siete días a la semana, por salarios muy bajos. Muchos no reciben ninguna clase de pago. Las tareas típicas incluyen cocinar, limpiar, lavar los platos, lavar la ropa, planchar la ropa, ir de compras y cuidar de niños y ancianos en la casa de su empleador.
Según un nuevo informe de la OIT, casi la mitad de todos los trabajadores infantiles en el servicio doméstico son menores de 14 años; 3,5 millones tienen apenas entre 5 y 11 años. Algunos empleadores escogen deliberadamente a niños para el trabajo doméstico porque creen que son más fáciles de controlar y les pueden pagar menos. A menudo, las leyes nacionales que establecen una edad mínima para el empleo no suelen aplicarse al trabajo doméstico, lo que permite que los empleadores exploten a los niños sin consecuencias.
Familias de las zonas rurales pobres pueden pensar que el trabajo doméstico en una ciudad más grande puede brindarle a un niño mejores condiciones de vida y oportunidades de educación, empleo futuro o matrimonio. Sin embargo, con frecuencia, a los niños que trabajan en el sector doméstico se les niega la educación. Por ejemplo, una investigación de Human Rights Watch en Indonesia halló que sólo uno de los 45 niños y niñas que laboran en el servicio doméstico entrevistados para el estudio asistía a la escuela.
Los niños que trabajan en el sector doméstico generalmente tienen poco contacto con el mundo exterior y se encuentran en mayor riesgo de sufrir abusos físicos, sexuales y psicológicos. Diversos estudios encontraron que el 68 por ciento de los niños que trabajan en el sector doméstico encuestados en India y el 56 por ciento de encuestados en Togo reportaron castigos físicos por parte de sus empleadores. El abuso verbal –incluyendo gritos, insultos y amenazas- es aún más común.
“Las niñas y los niños en el sector del trabajo doméstico son extremadamente vulnerables a muchas formas de acoso y abuso, incluyendo el trabajo forzado y el tráfico de personas”, indicó Becker. “Ya es hora de que los gobiernos dejen de ignorar los derechos de estos niños marginados y les ofrezca protección”.
El Convenio sobre el Trabajo Doméstico (El Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos) obliga a los gobiernos a tomar medidas para eliminar el trabajo infantil en el servicio doméstico y fijar una edad mínima para este sector, de acuerdo con las normas internacionales. Bajo el tratado, los niños que trabajan en el servicio doméstico por encima de la edad mínima de empleo tienen derecho a los mismos derechos laborales que los trabajadores de otras profesiones, incluyendo un descanso diario y días libres cada semana, así como horas de trabajo limitadas y un salario mínimo.
El convenio también requiere que los gobiernos se aseguren de que el trabajo doméstico llevado a cabo por niños en edad de trabajar no les prive de la educación obligatoria ni interfiera con la oportunidad de recibir educación adicional o formación profesional.
Este año se planean eventos para el Día Mundial contra el Trabajo Infantil en al menos 60 países.
“El Convenio sobre Trabajadores Domésticos protege a adultos y niños por igual”, dijo Becker. “Los gobiernos que ratifiquen el tratado estarán introduciendo garantías esenciales que pueden mejorar las vidas de millones de niños que laboran en el servicio doméstico”.
Una niña de 12 años recoge pepinos en una granja en Michigan. Los menores a menudo tienen que desempeñar movimientos repetitivos como arrodillarse, agacharse o levantar los brazos, durante muchas horas cada día. Los niños cuyos cuerpos aún no han terminado de desarrollarse son especialmente vulnerables a estas lesiones por movimientos repetitivos. © 2009 Romano
Para eliminar el trabajo infantil, los gobiernos no pueden ignorar a los niños que trabajan en domicilios particulares. A muchos de estos niños se les paga una miseria, si es que se les paga algo, y con frecuencia sufren abusos y trabajan en exceso. Los gobiernos pueden ayudar a estos niños mediante la ratificación de la Convención de Trabajadores Domésticos.
Jo Becker, directora de defensa de los derechos del niño