Por Teodoro Rentería Arróyave
Como es del conocimiento público, en la víspera emprendió el viaje al éter eterno el jurisperito y maestro de muchas generaciones, doctor Sergio García Ramírez, con la insignia de investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
Su legado intelectual ha quedado para la posteridad impreso en más de 50 libros y numerosos artículos de revista, de investigación, docencia y divulgación, publicados en México y en el extranjero. La mayoría de sus publicaciones abordan temas jurídicos y criminológicos. También publicó trabajos sobre política y literatura.
Es de resaltarse que, en su desempeño como juez, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y como consejero electoral del entonces Instituto Federal Electoral, siempre se significó como defensor de los derechos humanos y la democracia.
En esta entrega apresurada me voy a referir a su pensamiento que dejó plasmado en su libro “La navegación americana de los derechos humanos”, a su creación de la cárcel de puertas abiertas y a un hecho real que todavía lamentamos, mismo que en su momento lo dimos a conocer y lo hemos ratificado en varias ocasiones.
En su libro de referencia, Sergio García Ramírez, afirma en su parte fundamental: “Han transcurrido 20 años desde que se reunió la conferencia mundial de derechos humanos, que produjo documentos fundamentales para esta materia, una declaración y un programa que concentra en el pensamiento y los propósitos de la humanidad.
En 1993 manifestó el secretario General de Naciones Unidas Butros-Butros Ghali que esa conferencia constituía uno de esos momentos raros y esenciales en que toda la comunidad de los estados se haya bajo la mirada del mundo. Esa mirada no ha cesado: se tiende sobre los progresos, pero también sobre los tropiezos y los retrocesos. Están en vigilia las afirmaciones y las negaciones. Mantiene la atención en torno a las deliberaciones y las tensiones que se advierten donde quiera, América, incluida.
El examen de estas cuestiones conduce inmediatamente tanto a la abordaje de un binomio imprescindible: Derechos humanos y democracia, como a la revisión de itinerario que hemos desarrollado entre mujeres y hombres de América, Estados Unidos y sociedad civil, es decir, pueblos americanos para alcanzar, como quien se orienta hacia la tierra prometida, los extremos de aquel binomio, derechos humanos y democracia se reclaman y condiciona mutuamente.; Lo que ocurre en un extremo repercuten el otro como que son caras de una sola medalla.
En otro aspecto sobre derecho penal, fue el creador de la Cárcel de puertas abiertas; tres puntos torales que ahora los interesados se le deben a la memoria de Sergio García Ramírez.
Sobre el último tema, vuelvo a relatar que la directora del Sistema Nacional de Noticiarios del Instituto Mexicano de la Radio, IMER, y el autor director general fundador, nos retamos a decir en tiempo perentorio quién iba a ser el sucesor de don Miguel de la Madrid Hurtado en la Presidencia de la República.
Quedamos tablas, después de vencer todos los obstáculos, lanzamos al aire que el sucesor se llamaba Carlos Salinas de Gortari. Radio Mil y su División Noticias, de la cual también fuimos fundadores, no contradijo y difundió que García Ramírez, entonces procurador General de la República era el “tapado”, la realidad nos dio la razón y acumulamos un Premio Nacional de Periodismo, más.
Poco tiempo después y al ver, observar y criticar el malogrado sexenio salinista, hemos comentado, nunca dejaremos de lamentarnos de haber acertado en la noticia.
El insigne letrado mexicano, Sergio García Ramírez, ha dejado esta vida terrenal a cambio ha dejado uno de los mejores legados en rubros tan delicados como los derechos humanos y democracia. Nuestro sincero pésame a sus familiares e incontables amigos. In memoria.
