OPINIÓN de Ilka Oliva Corado .- Guatemala tiene un presidente violador, nada que sorprenda en una sociedad de violadores. El testimonio de varias mujeres trabajadoras del gobierno que aún con el miedo que puede crear denunciar a un mafioso como Jimmy Morales se atrevieron a hacerlo y relataron el horror de la violación por parte de Jimmy Morales, debería hacer que Guatemala completa estuviera en las calles apoyándolas y exigiendo la renuncia inmediata del abusador, pero por el contrario existe un silencio sepulcral que apesta a complicidad.