OPINIÓN de Joan del Alcàzar .- Hace muchos, muchos siglos que Esopo relataba en una de sus fábulas que unos montes emitían potentes señales como de parto, estruendos que a todos asustaron; el gran estrépito acabó de pronto y las montañas parieron un pequeño ratón. Desde entonces, la referencia al Parto de los Montes ha sido utilizada para describir aquellos acontecimientos que se anuncian como algo mucho más grandioso o extraordinario de lo que finalmente son. La batalla por la investidura de Pedro Sánchez y por la formación de un gobierno razonable todavía no ha acabado, y hemos vivido una representación a bombo y platillo de la firma de un acuerdo entre los socialistas y Ciudadanos. Por lo visto y conocido hasta ahora, el tal acuerdo bien merece ser calificado como el Pacto de los Montes. A pesar de que la ciudadanía debe mantener la calma porque queda mucha tela que cortar, habrá que reconocer que el triste espectáculo de estas semanas no invita, precisamente, a la esperanza. No co