OPINIÓN de Ollantay Itzamná Una de las principales debilidades de la humanidad moderna actual bajo la pandemia de COVID19 fue su interconexión sin límites que hizo del planeta un “mercado sin fronteras”, y la fetichización de la iniciativa privada que anuló casi por completo la inversión pública. Los estados nacionales, que encuentran sus orígenes jurídicos en el Tratado de Wetsfalia (1648), durante la hegemonía de la ideología neoliberal (desde las últimas décadas del siglo XX), en los hechos, perdieron casi todos sus elementos constitutivos. Sin soberanías (política, económica, energética, alimenticia, cognitiva, tecnológica…). Sin tierras, ni territorios públicos. Con gobernantes cooptadas por las élites empresariales locales/globales. Los estados nacionales, no en pocos casos, quedaron reducidos en una gendarmería para repeler militarmente las resistencias comunitarias y escoltar las maquinarias extractivas neoliberales. Los agentes neoliberales locales y globales endilgar