OPINIÓN de Samuel Schmidt Leo en el periódico que hay que sacar la tarjeta del Bienestar para seguir recibiendo los fondos entregados por el gobierno para derecho habientes de programas y pensiones, se establece una fecha límite me imagino para que la gente no deje para el año entrante lo que puede hacer hoy. Leo también que los consulados entregarán esas tarjetas, así que me dirijo al de Austin y con sorpresa me la entregan en unos minutos, no piden ningún documento y solamente piden mi nombre, correo electrónico e iniciales. Debí activar la tarjeta en línea. Mi primera reacción fue de suspicacia. ¿Por qué el gobierno debe mover la entrega de dinero, que está bien organizada, de los bancos privados a una tarjeta ligada al Banco del Bienestar? La respuesta que pienso es doble. La emisión de tarjeta sirve para hacer un censo de beneficiarios, y al colgarle un componente estadounidense se insiste en el propósito de facilitar el envió de dinero a México, se contará con información de l