Por Teodoro Rentería Arróyave Enterado que el excelso maestro, Víctor Manuel Conteras, había emprendido el viaje al eterno e insondable éter a las cinco horas de la víspera de este triste mes de mayo por mi hijo colega, Teodoro Raúl Rentería Villa, escribí a vuelo de pluma: “El Maestro, creador de la Paloma de la Paz, ya descansa en paz”. Su partida desde luego nos ha llenado de pesar, de aflicción a todo los que somos sus amigos, a sus familiares, así en presente, porque su magnífico legado lo hace imperecedero, sempiterno. Con motivo de sendas invitaciones que nos hizo para degustar la tertulia, el pan, la sal y el vino, dedique dos Comentarios, que ahora los amalgamo para reiterar mi homenaje perenne. El fechado el 17 enero de 2018 en Cuernavaca, Morelos, así se inicia: Esta entrega fue escrita el pasado jueves 11 al término de una tertulia comida con el eminente, exquisito, espiritual y naturista escultor, pintor y dibujante jalisciense, Víctor Manuel Contreras, en su casona de e