OPINIÓN de Ramón Cotarelo/ Palinuro.- Las campañas electorales son reyertas de truhanes, pero se preparan como si fueran justas de caballeros. Pablo Casado, el portavoz del PP que hace bueno a Carlos Floriano, ha presentado el lema y la imagen con que concurrirá el PP, esto es, el emblema del partido. La parte iconográfica es la silueta de una cabeza azul sobre fondo rojo, como si fuera un anuncio de los años cincuenta de Okal, lenitivo del dolor. La cabeza añil lleva sobreescrita una leyenda algo más celeste pero que ocupa todo el espacio: cerebro, rostro, cuello. La leyenda es una orden. Usa el imperativo "piensa", muy típico de la mentalidad autoritaria. Pero son autoritarios de hoy, o sea, medio anarquistas, porque dicen que pensemos pero "sin prejuicios". También es una orden, pero se atenúa porque se nos pide que nos liberemos de algo generalmente tenido por malo, los "prejuicios". O sea, "piensa", a secas, sin prejuicios, sin nada, libre