CARTAS
Susana Mart铆nez.- El principio de todo cambio est谩 ligado a consecuencias, ya sea para bien o para mal. Depende la forma como lo veas. La vida nos ense帽a, que son necesarios en determinados momentos, por tanto no hay temerles. Nuestro pa铆s, y el resto de los pa铆ses latinoamericanos no han sido ajenos a esos vientos de cambio. Eso nadie lo pone en duda. Pa铆ses, que hasta la d茅cada de los 90, eran dominio o cheque en blanco de la mano imperial.
Afortunadamente, esa historia qued贸 atr谩s, y este renacer latinoamericano tiene nombre y apellido: Hugo Ch谩vez. El comandante Ch谩vez, en su af谩n de recuperar a su pa铆s, a lo mejor nunca pens贸 que esa proeza, iba ser emulada por tantos l铆deres.
Esto no quiere decir, que nos hemos librado del 谩guila; que de paso sigue como fiera salvaje surcando nuestros cielos, buscando debilidades, para atacar. Esta vez le toc贸 a Argentina, la misma que sufri贸 dictaduras impuestas por el norte, y que se atrevi贸 a darle una bofetada al neoliberalismo. Ahora, sucumbida a un cambio con consecuencias fatales. Pareciera que no bast贸: a帽os de inclusi贸n, progreso, estabilidad social. Para que un domingo oscuro lo borrara todo.
No basta solidarizarnos con este noble pueblo, sino prender las alarmas ante lo que pudiera pasar el pr贸ximo 6D en nuestro pa铆s. Es verdad, Venezuela no es Argentina. Pero, tenemos en com煤n, a los muchos Mauricios, que pululan aqu铆. Con la 煤nica fijaci贸n de llevarnos con su cambio, al camino del atraso. Su parecido es elocuente: predica un cambio, revertir los progresos de integraci贸n latinoamericana, darle la bienvenida al F.M.I., liberar a Leopoldo y su combo. Cualquier parecido con la realidad venezolana, es pura coincidencia.
En consecuencia, Venezuela, en estos momentos no necesita a los izquierdosos de la ultra izquierda, que s贸lo juega a la divisi贸n, (como pas贸 en Argentina). De alg煤n modo, para que esto no pase, primer requisito para votar, es tener memoria.
•elmercuriodigital•
Susana Mart铆nez.- El principio de todo cambio est谩 ligado a consecuencias, ya sea para bien o para mal. Depende la forma como lo veas. La vida nos ense帽a, que son necesarios en determinados momentos, por tanto no hay temerles. Nuestro pa铆s, y el resto de los pa铆ses latinoamericanos no han sido ajenos a esos vientos de cambio. Eso nadie lo pone en duda. Pa铆ses, que hasta la d茅cada de los 90, eran dominio o cheque en blanco de la mano imperial.
Afortunadamente, esa historia qued贸 atr谩s, y este renacer latinoamericano tiene nombre y apellido: Hugo Ch谩vez. El comandante Ch谩vez, en su af谩n de recuperar a su pa铆s, a lo mejor nunca pens贸 que esa proeza, iba ser emulada por tantos l铆deres.
Esto no quiere decir, que nos hemos librado del 谩guila; que de paso sigue como fiera salvaje surcando nuestros cielos, buscando debilidades, para atacar. Esta vez le toc贸 a Argentina, la misma que sufri贸 dictaduras impuestas por el norte, y que se atrevi贸 a darle una bofetada al neoliberalismo. Ahora, sucumbida a un cambio con consecuencias fatales. Pareciera que no bast贸: a帽os de inclusi贸n, progreso, estabilidad social. Para que un domingo oscuro lo borrara todo.
No basta solidarizarnos con este noble pueblo, sino prender las alarmas ante lo que pudiera pasar el pr贸ximo 6D en nuestro pa铆s. Es verdad, Venezuela no es Argentina. Pero, tenemos en com煤n, a los muchos Mauricios, que pululan aqu铆. Con la 煤nica fijaci贸n de llevarnos con su cambio, al camino del atraso. Su parecido es elocuente: predica un cambio, revertir los progresos de integraci贸n latinoamericana, darle la bienvenida al F.M.I., liberar a Leopoldo y su combo. Cualquier parecido con la realidad venezolana, es pura coincidencia.
En consecuencia, Venezuela, en estos momentos no necesita a los izquierdosos de la ultra izquierda, que s贸lo juega a la divisi贸n, (como pas贸 en Argentina). De alg煤n modo, para que esto no pase, primer requisito para votar, es tener memoria.
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