Alima originaria de Burkina Faso quiere ser policía, Awa, de Mali, sueña con ser una enfermera, y María Gabriela, de 11 años de edad, de Ecuador tiene la esperanza de ir a la escuela de veterinaria. Aunque sus nombres no son reales, para protegerlos, sus sueños sí los son. En la actualidad 222 millones de jóvenes soñadores como Alima, Awa y María Gabriela están soportando los horrores de la guerra, los desastres y el desplazamiento. Ellas quieren aprender, pero el conflicto, las perturbaciones climáticas, o la inestabilidad que les rodea está coartando sus deseos más entusiastas y sencillos : ir a la escuela y aprender . Estas postales, muestran una imagen clara que vale más que mil palabras. Permítannos terminar nuestros estudios La educación no puede esperar , el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas, ha lanzado recientemente la campaña Postales desde el borde del abismo para acercarse a ellos. Una postal de Luc