OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave Analizar la actuación del licenciado Luis Echeverría Álvarez en su desempeño como Presidente de la República es desde luego exponernos a la polémica, puesto que se trata de una figura controvertida en vista de que unas muy efectivas campañas lo estigmatizaron, desde el cambio en la dirección del diario Excélsior y el haberle cargado los hechos lamentables de 68 y del 71. Ello, no obstante que en el primer hecho el presidente Gustavo Díaz Ordaz asumió toda la responsabilidad de la masacre del 2 de octubre y el del Jueves de Corpus, pagó con su puesto el entonces regente de la Ciudad de México, Alfonso Martínez Domínguez, y no olvidemos que estuvo a punto de costarle a Echeverría la candidatura presidencial priísta, cuando en la Universidad Nicolaita homenajeó a los estudiantes caídos. Para fijar lo histórico, años después fueron vendidas las cooperativas de los diarios Excélsior y La Prensa, ahí sí con intervención presidencial, precisamente de la