Ir al contenido principal

Tres ídolos en el éter eterno

OPINIÓN d Teodoro Rentería Arróyave

Flor Silvestre, Diego Armando Maradona y José Manuel Mireles, tres ídolos en sus diferentes ámbitos: el artístico, deportivo y político, desde este miércoles ya moran en el insondable éter eterno.

Es bueno y saludable dejar los temas circunspectos, para referirnos a los que interesan a los pueblos en general, al aceptar que hasta algunos políticos se convierten en ídolos populares.

Desde luego no olvidamos las grandes equivocaciones de las mayorías democráticas que llevaron al poder monstruos de la talla de Adolfo Hitler y de miserables mentalidades, como del todavía huésped de la Casa Blanca, Donald Trump.

Ubiquémonos en el contexto de este Comentario, empecemos por las damas. Flor Silvestre, sin discusión formó parte del cuarteto femenino de las máximas interpretes de la canción vernácula mexicana, con María de Lourdes, Lola Beltrán y Lucha Villa.

La conocí como esposa Francisco Rubiales, “Paco Malgesto”, cuando conducía el Noticinco, el noticiario nocturno del Canal 5, por cierto cuando me inicie en la frecuencia diaria en la televisión con “la noticia de última hora”, que dispuso el Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes, director general de “INFORMEX, la primera Agencia Noticiosa Mexicana”, que se transmitiera desde la misma redacción; los costos tan enormes cambiaron la idea y se montó un set en el mismo estudio, sino mal recuerdo el H, con la escenografía apropiada. Televicentro y las instalaciones de la agencia a lo sumo estaban separados por dos cuadras.

Diego Armando Maradona, escribió con su desempeño juvenil, luego con su equipo Boca Juniors y en la Selecciona Nacional Argentina, tales páginas de gloria que muchos lo han considerado el mejor futbolista de todos los tiempos. A tal grado que su mano, en el mundial de México 86, cuyas transmisiones radiofónicas estuvieron bajo nuestra responsabilidad, cuando director general fundador del instituto Mexicano de la Radio, IMER, se convirtió en “La mano de Dios”.

Se fue a los 60 años, no por la droga como algunos le endilgan, un tumor en el cerebro lo obligó a una cirugía que finalmente le costó la vida.

Quien haya estado en Argentina comprobó, hasta donde sé, que un deportista, un ser vivo, haya sido santificado por su pueblo, que haya sido llevado a los altares, que se hayan construido templos para su adoración. El “Niño Fidencio”, fue un fenómeno diferente en nuestro país, fue una especie de taumaturgo.

El funeral de Maradona se inició en la Casa Rosada, la sede de la Presidencia de la República Argentina, terminó en el cementerio de Jardín de la Paz, en Bellavista, al noreste de Buenos Aires. Inmensas filas de dolientes se hicieron presentes en las exequias que provocaron hasta encontronazos con las fuerzas del orden.

En nuestro México falleció el activista social José Manuel Mireles, médico de profesión, fue líder de las primeras llamadas Autodefensas sociales, para enfrentar lo mismo al crimen organizado que a las fuerzas armadas corruptas.

Su arrojo lo llevó hasta la cárcel, ya en el actual gobierno, a propuesta del presidente, Andrés Manuel López Obrador, fue nombrado subdelegado del Instituto de Seguridad y servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, en Michoacán.

Por su entrega al trabajo, siempre al servicio de los desposeídos, se contagió del maldito covid-19. No obstante los esfuerzos, es una víctima más de la pandemia que asola al mundo.

TRES ÍDOLOS DE SUS PUEBLOS: FLOR SILVESTRE, DIEGO ARMANDO MARADONA Y JOSÉ MANUEL MIRELES YA MORAN EN EL ÉTER ETERNO. IN MEMÓRIAM.




">


ARCHIVOS

Mostrar más


OTRA INFORMACIÓN ES POSIBLE

Información internacional, derechos humanos, cultura, minorías, mujer, infancia, ecología, ciencia y comunicación

El Mercurio Digital (elmercuriodigital.es) se edita bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra información es posible




AI FREE: DIARIO LIBRE DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL