OPINIÓN de Ollantay Itzamná Cuando se creía que las últimas movilizaciones sociales defenestrarían, incluso en tiempos de pandemia, al gobierno de facto de Bolivia, la élite del Movimiento Al Socialismo (MAS) desmovilizó e hizo que se le levantasen la gran mayoría de los puntos de bloqueos de caminos, porque “ya se promulgó una Ley que fija como plazo tope de elecciones generales el 18 de octubre próximo”. Las últimas movilizaciones populares, por su magnitud y alcance territorial, fueron las primeras en la fase post Golpe de Estado. Y no eran para exigir elecciones únicamente, sino, sobre todo, la renuncia del gobierno golpista de Jeanine Ánez, ahora, entroncado, con los poderes fácticos de los fascistas croatas bolivianos. ¿Volverá a ganar las elecciones el MAS? Ningún proceso electoral, bajo un gobierno dictatorial y fascista, permitirá que los subalternos (¿socialistas?) ganen las elecciones. Añez fue categórica cuando sentenció en Sucre, a principios del año: “No permitiremos que