Malavika Vartak.- La gélida madrugada del 23 de julio de 2018, unas 10.000 personas residentes en el barrio marginal de Kibera, en Nairobi, contemplaron aún soñolientas cómo sus casas y todas sus posesiones eran aplastadas por excavadoras para hacer sitio a la construcción de la vía “Missing Link” en la ciudad, destinada a enlazar las carreteras de Ngong y Langata. También se derribaron centros de salud, lugares de culto y escuelas, lo que obligó a más de 2.000 estudiantes a interrumpir su educación.