OPINIÓN de Gustavo Duch La biotecnología transgénica durante estas dos últimas décadas se ha recreado explicando las virtudes de sus invenciones. Una tecnología que sólo ha alimentado debates pues su aplicación sólo ha generado hambre. La cifra actual de personas desnutridas nunca ha sido tan hiriente. Y aunque seguiremos escuchando nuevas propuestas salvadoras transgénicas, a las que deberemos responder, serán sólo pataletas. No hay mucho más que discutir, seamos claros: por un lado, la sociedad tiene una postura clara y rotunda, NO a los transgénicos; y por el otro, tantas millonadas puestas en esta ciencia apenas ha traído más que dos o tres aplicaciones. Decían que salvarían al mundo e inventaron negocios para vender venenos ponzoñosos. Un resultado-científicamente hablando- más que pobre, ridículo. Los cultivos transgénicos han fracasado: -La transgenia comparte con la bomba atómica el mérito de ser la tecnología que más gente ha conseguido tener en contra, y el nú