OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- A pesar de los esfuerzos que se realizaron para que se legislara a favor de los periodistas perseguidos o amenazados, sobre todo del Gremio Organizado, tenemos que concluir que dichos mandamientos son un rotundo fracaso. Dígalo sino la incesante e imparable ola de violencia en contra de los comunicadores que se inicia en el 2000, a tal grado que la contabilidad lúgubre nos hace saber que son 152 homicidios y 24 desapariciones forzadas, a reserva de los resultados de un nuevo ejercicio de investigación que estamos realizando, puesto que muchos de estos crímenes contra las libertades de prensa y expresión no tuvieron difusión a petición de los familiares por diferentes y respetables razones. Por qué son un profundo fracaso, simple, porque también se nos atravesó el poder, puesto que se aprobó una ley a modo. No estamos diciendo nada nuevo, en el momento preciso lo señalamos y por ello el Gremio Organizado se negó a participar o responder