OPINIÓN de Ana Cuevas Pascual .- ¡Madre mía! En mi tierra se suele decir: "de bodas, bodicas". Es decir, que los invitados a una boda pueden encontrar allí su media naranja. Ligar en una boda es una posibilidad. Lo que ya no suele ser tan normal es que gran parte de los convidados, incluido el paganini del evento, acaben reuniéndose, años después, en un juzgado. Y no para asistir a otra boda, esta vez civil y con menos pompa. Si no para responder ante la justicia por formar parte de la trama corrupta más enmarañada de nuestra, ya de por sí, corrupta historia.