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Mostrando las entradas etiquetadas como CAROLA CHÁVEZ

Paco y Nicolás

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Paco, el españolito, llega del trabajo -por fin tiene trabajo luego de cinco larguísimos años en el paro-, después de cumplir sus 13 horas con un receso al mediodía para comerse alguna cosita, trece horas cada día porque está en “período de prueba”, una forma de torcer todavía más los derechos de los trabajadores. Trece horas cada día durante dos meses, a ver si sirve, a ver si resiste, a ver si al final se gana un contrato fijo. Rara vez se los ganan, rara vez el patrón quiere soltar la manguangua del período de pruebas, de la desesperación que lleva al trabajador a dejarse despojar a cambio de la esperanza de un contrato. Paco llega agotado y enciende el televisor.

Rebelión solitaria en el supermercado

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- En el supermercado, donde un cartel antibachaqueros te recibe advirtiendo que no venden productos regulados, me consigo con unas larguísimas colas, no en la puerta, sino en las cajas. Hileras de clientes con sus carritos que se extienden hasta dentro de los pasillos. La causa: de las veintiséis cajas, solo funcionan seis: una preferencial, dos lentísimas “cajas rápidas” y tres para el resto de los clientes, que nunca tenemos la razón. Recorro los pasillos abriéndome espacio entre las colas. La gente se arrima como acostumbrada a arrimarse, y alguno masculla “¡Qué desgracia de país!”, porque esa cola también es culpemaduro. En la nevera, ricotta a novecientos bolos que la semana pasada costaba seiscientos. Miro la fecha y todos están vencidos, la tapas abombadas lo corroboran, pero ahí están, junto a un suero que también ha caducado. Desisto de los lácteos, me niego a pagar sobreprecio para intoxicar a mi familia. El altoparlante anuncia a los esti

Incorregibles de pie

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Argentina, la de los amigotes entrañables, los compañeros incorregibles, irreductibles. Veinte años no es nada, cuarenta tampoco, la memoria sigue viva, la dignidad intacta.

Un golpe, muchos caminos

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- La hoja de ruta, la prioridad de los diputados que llegaron a serlo cabalgando sobre las colas. y que hoy, sobre el tema, no saben, no responden. La hoja de ruta para sacar a Maduro en seis meses, que ya son tres y restando, y el tiempo apremia y la Unidad en pedacitos no se termina de poner de acuerdo. Cada uno tiene un método, cada quién una aspiración personalísima y aquel saco de gatos por dentro y, para afuera, una sonrisa tiesa, más que sonrisa, mueca. Los que mismos que decían “Hay un camino”, hoy dicen que no uno sino que más mejor.

Usual y ordinario Obama

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Obama, preocupadísimo por las violaciones de derechos humanos, cosa de la que él sabe mucho, extendió el decreto que declara a Venezuela como “amenaza inusual y extraordinaria” para los Estados Unidos, y todos en Texas, Alabama y Ohio corrieron aterrados con las manos en la cabeza, culpemaduro.

Otro Caracazo, plis

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- En el este del Este, amaneció aquel 27 de febrero de 1989 como si nada. Aquellos días cuando éramos felices y no lo sabíamos, cuando los venezolanos no conocíamos de divisiones, cuando “los venezolanos” éramos solo nosotros, los que todavía podíamos comer, los que caminábamos indolentes por las calles saltando niños que dormían sobre cartones. Los huele pega, les llamábamos con miedo y desprecio. Entonces era normal el goteo de muchachitos que aún no mudaban los dientes de leche, vendiéndote yesqueros, bolígrafos, flores, mientras tú y tus panas intentaban comerse una arepa en Doña Caraotica a las 2 de la mañana después de una rumba discotequera. Ni los mires, ni les contestes porque te caen como cien carajitos a pedirte una arepa. Qué ladilla con esos chamos, pana. Los barrios eran el Coco, una especie de mito que metía miedo porque un día podían “bajar”. Los barrios, una cosa abstracta que latía peligrosamente más allá de nuestros muros con gari

Un ejercicio de locura

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela. - Hagamos un ejercicio de locura amparándonos en la Ley de Amnistía y Reconciliación que propone la oposición venezolana, donde la incitación a la violencia, por si acaso alguien interpretara este ejercicio como tal, no sería un delito si ésta fuera por razones políticas. Imaginemos que el chavismo decide manifestar contra, digamos, la gobernación de Miranda y sus alcaldías aliadas. Imaginen que saliéramos a quemar las calles de Alto Prado, El Cafetal,, Altamira, Terrazas del Ávila, tal como lo hicieron los guarimberos, pero claro, esta vez nuestro objetivo no serían los carepueblo, sino los colectivos de caceroleros marcharines, o de estudiantes manos blancas. Imaginen nuestra protesta frente a instituciones públicas, imaginen la gobernación, las alcaldías bajo una lluvia de piedras y molotovs, los módulos de la policías estadales y municipales… Imaginen que quemáramos los pre-escolares, colegios privados y universidades, que destrozáramos los cent

Golpe avisado

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- ¡Todos a la Plaza Brión para acelerar la salida de este gobierno! -Convocó Guarimba Guevara y Mireya, en su apartamento en en La Boyera siente que un sudorcito frío recorre su espalda. Inmediatamente vuelven a su memoria fresquita los meses de zozobra que vivió hace dos años, la calle cerrada con basura, con ramas del árbol de la esquina taladas para secuestrarlos dentro de sus propias calles, los meses de niños enjaulados en casa sin colegio, abajo los guarimberos, encapuchados, amenazadores, el carro de su esposo golpeado por pretender atravesar la barricada, el papel pegado en el espejo del ascensor: denuncia al sapo, el miedo, la desconfianza, el silencio porque cuando José Alberto, el doctor del segundo piso, se quejó de la estupidez que suponía trancar las calles de esa manera, llovieron las acusaciones y amenazas: Tú como que eres chavista. A ver a dónde te vas a meter. Todos a la Brión y fueron 50 personas, porque las Mireyas y José Albert

Primero muerta que conuco

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Pocas cosas han recibido tantos ataques desde la clase media citadina como la propuesta de impulsar la agricultura urbana. ¡Urbanitas del mundo, uníos, porque no es no! -Gritan en feroz coro y uno se pregunta por qué tan rabioso rechazo, por qué la burla, por qué la ceguera. La ciudades son trampas incapaces de sostenerse. Allí donde lo humano se diluye a favor de lo que llaman modernidad, los citadinos asumen mansamente el individualismo castrante. Su vida transcurre en la soledad de la propiedad privada. Millones en propiedad horizontal, cuyo máximo nivel de organización se reduce a una junta de condominio que solo sirve para fijar las cuotas que pagarán a una administradora que atienda el mantenimiento de lo poseen en común. Y más allá del muro, la calle, y una redoma cubierta de gamelote que no es problema mío porque yo pago mis impuestos para que la limpien. Puertas adentro, un palacio, puertas afuera, el abismo de lo público: lo de nadie. C

El Cambio y sus medios -

OPINIÓN de Carola Chávez .- Verano en Argentina, tiempo de letargo. En el verano argentino “nadie hace mucho y de eso se aprovecha el gobierno” -me comenta un amigo peronista. Aprovecha el nuevo gobierno y despide a cincuenta mil trabajadores, el peine del revanchismo no distingue entre los K o los anti K. Todos reciben su balde... Verano en Argentina, tiempo de letargo. En el verano argentino “nadie hace mucho y de eso se aprovecha el gobierno” -me comenta un amigo peronista. Aprovecha el nuevo gobierno y despide a cincuenta mil trabajadores, el peine del revanchismo no distingue entre los K o los anti K. Todos reciben su balde de agua fría en la puerta del trabajo, donde unos vigilantes, con listas en mano, te dejan entrar al “laburo”, o te convierten en un “gasto” menos. Es verano y nadie hace mucho, salvo el gobierno de Macri, que, pobrecito, aún en reposo por una costilla conveniente e intermitentemente fracturada, se ha dedicado a desarmar el país por decreto, y al que no le gus

Un café bien conversado

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Chávez fue un gran comunicador. El más grande de todos, el mejor. Él se sentaba a conversar con nosotros, con sencillez, aboliendo la rimbombancia de discurso, y agregándole mucho sustento, muchas lecturas, mucha creatividad, muchos argumentos. Chávez nos brindaba esas conversas con café que, literalmente, arreglaban el mundo. Él agarraba un tema y lo deshilachaba hasta la última hebra, hasta que no quedara duda. Nos explicaba cosas que teníamos en las narices y, que a veces, tantas veces, no éramos capaces de entender. Chávez nos abrió los ojos, no con sus frases grandilocuentes, que las tenía y con las que nos hacía vibrar, sino con sus palabras sencillas, con sus historias de muchacho de campo, de militar joven en un país entregado, con esos libros enormes que para muchos de nosotros son complicadísimos, convertidos en memorables conversaciones entre amigos que comparten un café. Chávez usaba consignas, sí, pero no hacía de ellas su discurso. L

Tu casa bien embargada

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- La ley de propiedad de la Misión Vivienda es la falsa bandera con la que la oposición antichavista pretende ahora colocarse medallas con una obra que hasta ayer negaron. “La Misión Maqueta, gallineros verticales para gente, una invasión de gentuza que seca la ropa en los balcones en lugar de hacerlo en una secadora, o sea, la depreciación inmobiliaria a las urbanizaciones nice, un brutal ataque a la inversión”. Y es que esta ley no se trata, ni de lejos, de los beneficiarios de la GMVV que creo Chávez sino de los intereses de los dueños del capital. Solo en Caracas, muchos de los edificios de la GMVV fueron construidos en terrenos incrustados por la avaricia en medio de zonas populares donde la gente, encaramada en en cerros precarios, veía desde su ventana cómo esos terrenos, los mejores, los que estaban a pie de calle, con acceso a todos los servicios, eran usados como depósitos de chatarra. Por justicia esos terrenos fueron expropiados y, enton

El Bolívar clásico

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Recuerdo al Bolívar clásico que le gusta a Ramos Allup. El Padre de la Patria reducido a una estatua cagada de palomas en medio de la plaza que lleva su nombre, tomada por mercaderes baratijas y traficantes de oro. Recuerdo cómo todo lo que a él se refería lo tapaban con los escombros de la miseria de quienes, por insignificantes, necesitaban borrar su grandeza. El Bolívar clásico, blanco y perfilado, con la mirada vacía. Un Bolívar seco bien lejano a lo que somos. Un Bolívar de voz postiza, impostada, petulante, prestada de un locutor para repetir frases descontextualizadas durante alguna fiesta patria. ¡Ay! Aquellas fiestas patrias: En el palco Presidencial, un enjambre de adecos y copeyano cuyas barrigas amenazaban con hacer estallar el botón que a duras penas las contenía dentro sus trajes de Clements. Entre bostezos miraban un desfile los separaba de la recepción oficial, llenita de pasapalos y whisky con agua de coco que revolverían los adec

Predicciones de popó

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Imaginen que alguien agarra a un personaje de una comiquita japonesa, lo envuelve en una bandera venezolana junto a una paloma de la paz en pleno vuelo y le diga que ese muñequito es un iluminado de los ángeles y que tiene el don de ver el futuro. Imagínese que dicho personaje, entre todos los nombres posibles, escoge llamarse Misterpopó Celestial. Imagínese ahora, seriamente, acudir a los medios, digitales o no, que publican las visiones de semejante comiquita para leer con devoción sus predicciones y luego regarlas por las redes con un “¡Decretado, en nombre de Dios!”. Pues esas cosas pasan. Ya es bastante que existan videntes y que haya gente que crea en ellos. La cosa es que hasta la llegada de Misterpopó Celestial, los “videntes” se preocupaban por disfrazarse de ídem. Para empezar, un nombre bien esotérico, mitológico, misterioso. Luego una capa, collares, amuletos, guilindajos, oro, plumas, brillo… o, al contrario, la sobriedad del negro c

Venezuela. Promesas desteñidas

OPINIÓN de Carola Chávez.-  Apenas la manito ganó la Asamblea, saltaron sus dueños a cobrar. Borrachos de un poder absoluto que no ostentan -porque hay que recordar que el Poder Legislativo es solo uno de los cinco poderes del Estado- exigen la derogación de toda ley que regule su insaciable sed de lucro. Fieles a la tradición del Carmosazo, Fedecámaras exige derogar la LOTTT, mientras Consecomercio añadía eufórica: ¡Y la ley de precios justos que jamás acatamos!. Fedenaga, que arremetan contra la Ley de Tierras, y la Cámara Inmobiliaria, que pulvericen la Ley de Arrendamientos. Cavidea, los supermercados que administraron las colas durante estos dos años, exigen 3.500 millones de dólares “para poder producir” (más para sus bolsillos). De ahí para abajo todos piden. Hasta personajitos intrascendentes levantan sus voces, como aquel que transfirió a la Ley Resorte lo que quisiera hacerle al chavismo: “desmantelarlo, destruirlo y pisotearlo” . Administrando su victoria con mano derrochado

¡Arriba las cadenas!

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Las cadenas de mensajes siempre han existido. Yo recuerdo, cuando era pequeñita, cuando los celulares no soñaban con aparecer, alguien dejó una carta manuscrita en la ventana de mi casa que decía más o menos esto: “Este mensaje te lo manda alguien que te ama y quiere compartir contigo esta dicha: Durante los próximos 10 minutos, San Ataúlfo te concederá el deseo que le pidas, si le copias y envías esta carta a diez personas queridas. Si no lo haces, se romperá la cadena y te ocurrirá una terrible desgracia, como le pasó a un señor en Tegucigalpa que se burló de la cadena y al instante se quedó irremediablemente ciego”. Mi mamá tomó el papel, lo leyó, ponderó la imposibilidad de sentarse a copiar diez veces esa carta sin que se le quemara el almuerzo, y la tiró el el basurero de la cocina. Cuarenta años más tarde, se quedó miope, eso sí. Muchos años después, muchísimos los avances tecnológicos después, llegó a mi teléfono inteligente la cadena de S

Oootra vez

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Ooootra vez una elección, van veinte y siempre los mismo: Otra vez el CNE es tramposo. Otra vez el voto no es secreto. Otra vez las captahuellas dan miedo, no olvides que una vez tuvieron burundanga y te hacían votar por Chávez aún en contra de tu decente y pensante voluntad. Otra vez las condiciones no están dadas. Otra vez las máquinas están trucadas, otra vez ¡que vuelva el voto manual! Otra vez el ventajismo del gobierno que controla todos los medios, tal como lo denuncian todos los medios que supuestamente gobierno controla. Otra vez “yo no firmo el compromiso electoral”. Otra vez la escotilla de la violencia abierta al no me da la gana. Otra vez el coro cantando fraude adelantado, fraude selectivo, donde gana el chavismo es trampa donde gana la oposición no. Otra vez te robarán el voto pero igual, aunque te lo roben, te invitan a votar. Otra vez el retroceso vestido de cambio. Otra vez los mismos: los del Carmonazo, los de Sabotaje Petrolero

El negoción de la libertad

OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Vivir el Miami es el sueño dorado de la clase media venezolana, pero no es cosa fácil, las Ley de Inmigración es jodida. Lo bueno es que los gringos son gafos, dicen, y ahí empieza el negoción: darle la vuelta a la ley sin que se note mucho y voilà! Con la llegada de la Revolución Bolivariana este business amplió su espectro ofreciendo a los venezolanos la novísima opción del asilo político. Es facilito -decía uno que preparaba su partida- el abogado me dijo que le cayera a tiros a mi carro y que alegara que fueron los esbirros de la Guardia Nacional. Supe luego que, a pesar del carro tiroteado, al bolsa le negaron el asilo, eso sí, su abogado ya le había quitado un realero con carácter “indevolvible”. “¿Vivir Miami? Tramitamos tu asilo”. -Así se anuncian en webs antichavistas, neurotizantes, SOS Venezuela, help me please!. Disfrazados de ONG’s, estos cerebros fugados gritan desde El Doral ¡Maduro vete ya!, y te invitan, de paso, a irte demasiado.

Observadores fraudulentos

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Desde los Estados Unidos, donde un voto no equivale a un votante, donde una aberración llamada “votos electorales” que significa que el voto de un californiano vale mucho más que el voto de, digamos, un residente de Alabama. Un sistema que permitió que George W. Bush ganara la presidencia a pesar de que su contrincante, Al Gore, había sacado 500 mil votos más que él. Allá, donde se decidió esa elección por la absurda diferencia del 0.0092%, precisamente en el estado de Florida, donde gobernaba Jeb Bush, cachorro de la misma camada del aspirante favorecido con los 25 votos electorales floridianos que necesitaban para imponer en la presidencia a ese hijo de su genocida padre. Desde allá, donde tener antecedentes penales te priva del derecho al voto, aún habiendo cumplido la condena; allá, donde la justicia pesa más sobres negros y latinos, que representan más del 60% de los presos, siendo estas dos minoría juntas menos del 30% de la población, allá

La guerra de Lorenzo

OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Cincuenta mil millones del FMI, “así es, -afirma Lorenzo con una risita golosa- esa es la cifra”. Cincuenta mil millones es el precio que pusieron a nuestro país algunos que dicen tener su corazoncito en Venezuela. Corazoncito arrugado como una pasa por sus miserables ambiciones personales. Cincuenta mil millones del FMI, que voltearían el tablero, “a game changer”, como en Libia, el 9 de octubre de 2011, once días antes del asesinato de Gadafi cuando el mismo FMI que nos quiere venir a ayudar, decidió que los representantes ese país ante el Fondo serían, a partir de ese día, no el gobierno Libio sino el Consejo Nacional de Transición -¿les suena esta última palabra?-. Ya todos sabemos lo que pasó con los “libios hambrientos de libertad”. Cincuenta mil millones que vendrían junto a una llamada de Obama o de Hollande, su french poodle. Y cuando Obama llama, la sangre tiñe todo, en este caso, sangre venezolana, nuestra. Pero bajémosle dos, imaginemo




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