OPINIÓN de Ileana Alamilla, Guatemala.- Cualquier acción que viole derechos humanos es punible e inaceptable. El juicio en contra de Erwin Sperisen culminó en su primera etapa. El Tribunal Criminal de Ginebra dictó sentencia condenatoria de privación de libertad para toda la vida contra el exdirector de la Policía Nacional, por su coautoría en la ejecución extrajudicial de seis privados de libertad y la autoría material del asesinato de uno de los reos. En otra parte de la resolución lo absuelve de cargos por el caso del Infiernito, pues no se comprobó su participación en el Plan Gavilán en 2005, donde hay señalamientos de ejecución de tres prófugos. El juicio, realizado en Ginebra, escandalizó a los suizos, pues la nacionalidad del encausado, señalado de delitos graves y de encabezar un escuadrón de la muerte, constituye una afrenta a la tradición de respeto a los derechos humanos que ostenta ese país, conocido como la capital de estas garantías. La imagen de un suizo/guatemaltec