OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave, México.- Así de sopetón nos llegó la noticia del terrible terremoto del 85, no obstante que un grupo de periodistas y comunicadores y demás pasajeros del avión de Aeroméxico, sin comprenderlo aún, nos habíamos salvado gracias a la pericia del piloto y desde luego de toda la tripulación. Aterrizamos en el aeropuerto de Hermosillo, como consecuencia de los convenios de colaboración que como director general del Instituto Mexicano de la Radio, IMER, suscribimos con todas las radiodifusoras sociales; acompañado de los colaboradores de las áreas correspondientes, fuimos invitados a inaugurar las transmisiones de 24 horas continuas de la Radio de la Universidad Autónoma de Sonora UNISON. El impacto fue terrible, el propio rector, ingeniero Manuel Rivera Zamudio nos recibió con una pregunta lapidaria: ¿qué están haciendo aquí? la Ciudad de México está destruida por el sismo de las 7:19 horas. Sin mediar la reseña de lo que nosotros habíamos vivido a bord