OPINIÓN de Esther Vivas. - Si somos lo que comemos, la dieta de Donald Trump lo dice todo sobre el nuevo presidente de Estados Unidos. La comida rápida, el fast food –si puede ser de McDonalds o del Kentucky Fried Chicken, mejor–, a base de hamburguesas, patatas fritas, pizza y pollo crujiente, siempre con una buena dosis de kétchup, y una Coca-cola light para beber son algunos de sus platos preferidos. Éste es el modelo alimentario del nuevo inquilino a la Casa Blanca, un modelo que más que seguir, rechazamos.