OPINIÓN de Carola Chávez.- Apenas la manito ganó la Asamblea, saltaron sus dueños a cobrar. Borrachos de un poder absoluto que no ostentan -porque hay que recordar que el Poder Legislativo es solo uno de los cinco poderes del Estado- exigen la derogación de toda ley que regule su insaciable sed de lucro. Fieles a la tradición del Carmosazo, Fedecámaras exige derogar la LOTTT, mientras Consecomercio añadía eufórica: ¡Y la ley de precios justos que jamás acatamos!. Fedenaga, que arremetan contra la Ley de Tierras, y la Cámara Inmobiliaria, que pulvericen la Ley de Arrendamientos. Cavidea, los supermercados que administraron las colas durante estos dos años, exigen 3.500 millones de dólares “para poder producir” (más para sus bolsillos). De ahí para abajo todos piden. Hasta personajitos intrascendentes levantan sus voces, como aquel que transfirió a la Ley Resorte lo que quisiera hacerle al chavismo: “desmantelarlo, destruirlo y pisotearlo” . Administrando su victoria con mano derrochado