OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- Entonces llegamos a la Cumbre. Obama lleg贸 tarde porque ”La Bestia” como que no quer铆a arrancar. Mientras su jefe de seguridad le daba unos taconazos a los bornes de la bater铆a, Obama, ve铆a los discursos en la tele que hay dentro de su monstruoso carro presidencial.
– Ap煤rate, Steve, que Correa est谩 tir谩ndonos piedras con el cuentico de historia de los Estados Unidos y se me acaba de ocurrir una respuesta genial -Dijo Barack d谩ndose auto palmaditas en la espalda.
¡Broooom! -Arranc贸 la Bestia mientras Dilma tomaba la palabra. Barack no le par贸 mucho porque su sistema de ciber espionaje presidencial ya le hab铆a anunciado lo que Dilma iba a decir.
Justo cuando hablaba Pe帽a Nieto, entr贸 Obama, dando esos 谩giles brinquitos que los presidentes de Estados Unidos dan, esos que dicen “estoy sobrado y como una pepa”. El momento Pe帽a Nieto era un momento tranquilo para llegar -pens贸- aunque, vi茅ndolo bien, habr铆a sido m谩s lindo llegar en el turno de Ollanta Humala, quien segurito habr铆a interrumpido su discurso para aplaudirlo de pie, llevarlo hasta su silla y hasta traerle un vaso de Toddy fr铆o, pero a Humala le tocaba hablar mucho despu茅s.
Termin贸 el chic presidente mexicano y tom贸 la palabra Barack: “Los Estados Unidos no ser谩 prisionero del pasado”. Hemos cometido errores, pero “la guerra fr铆a termin贸 y yo no estoy interesado en entablar batallas por cosas que pasaron antes de que yo hubiera nacido”. Yo empiezo mis propias guerras fr铆as, gafitos, y pongo a otros pendejos a pelear mis batallas -se dijo. “Podemos gastar el tiempo hablando de sufrimientos pasados, y tambi茅n podemos usar a los Estados Unidos como excusa para los problemas pol铆ticos dom茅sticos…” Como lo hacen esos libios, sirios y ucranianos llorones que ahora nos echan la culpa de sus miserias cuando lo 煤nico que nosotros hicimos fue traerles democracia y libertad. En fin, que yo no estaba ah铆 cuando me atraparon, as铆 que les propongo una cosa novedos铆sima que ya propuse en Trinidad: olvidemos la historia, borr贸n y cuenta nueva y avancemos… avancen mansitos, sin pararle a “ideolog铆as ni a argumentos te贸ricos” -Dijo el lobo a los que supuso eran ovejas. Thank you very much.
“Ya era hora de que yo hablara aqu铆 en nombre de Cuba” – Dijo Ra煤l Castro para comenzar un discurso apasionado que nos pase贸, otra vez, por la historia, mientras Obama mascaba chicle y hojeaba unos papeles en su asiento, hasta que una frase de Ra煤l lo sacudi贸: “El presidente Obama es un hombre honesto. Su forma de ser obedece a ese origen humilde”. Entonces vi bajar la mirada al Obama de “Change we need”, el mismo de “Yes we can”, el que quiz谩 so帽贸 que s铆 se pod铆a, el que hizo so帽ar a los suyos, y que ahora estaba ah铆, preso de la maquinaria del Estado, preso de su historia sangrienta, dando un t铆mido paso hacia Cuba con un pie y una arrogante patada a Venezuela con el otro. Ra煤l, como quien no quiere la cosa, desarm贸 el discurso de Obama con la sabidur铆a de quien conoce la historia, no porque se la contaron sino por ser parte de ella. Ra煤l pidi贸 se derogara el decreto de Obama “no you can’t” y record谩ndonos por qu茅 no se puede olvidar el pasado cuando este es a煤n presente, agreg贸: “Nosotros, creo, somos de los pocos que mejor conocemos el proceso de Venezuela, no porque estemos metidos all铆, ni estemos influyendo all铆, ni porque nos cuenten todas las cosas a nosotros. Lo sabemos porque est谩n pasando por el mismo camino por el que pasamos nosotros. Est谩n sufriendo las mismas agresiones que sufrimos nosotros.”
Despu茅s de Ra煤l, Cristina que habl贸 de sinceridad con una sinceridad afilada. Y bueno, hablo del tema del que la mayor铆a de los presidentes hablaron: del rechazo al decreto de Obama contra Venezuela. “Es inveros铆mil” rayando en lo “rid铆culo” que se pueda pensar en Venezuela como amenaza para EE.UU”, una potencia cuyo presupuesto militar es de 640 mil millones de d贸lares… “Es una sinraz贸n y es realmente una pena, presidente Obama, no s茅 si estar谩 presente o si se habr谩 retirado, porque alcanzo a ver, tendr铆a que ponerme los anteojos y no tengo ganas. No est谩, no importa, alguien se lo contar谩”…
No se lo contar铆a nadie. Barack, acurrucado dentro de la Bestia”, estaba escuchando ya con el alivio de no tener que dar la cara. Y segu铆a Cristina: “Pedimos, junto a los dem谩s hermanos pa铆ses, que ese decreto sea dejado de lado, pero no voy a apelar a la soberan铆a y a discursos lacrim贸genos, voy a apelar al sentido com煤n. Dec铆a el general Per贸n que se vuelve de cualquier lugar menos del rid铆culo y la verdad es que resulta absolutamente rid铆culo considerarnos, a cualquiera de nosotros, una amenaza”.
– Steve ¿Esa se帽ora me dijo rid铆culo? -pregunt贸 Barack a su jefe de seguridad que deba otros taconazos a los bornes de la Bestia.
– S铆, se帽or, menos mal que nos fuimos porque ahora vienen Maduro, Evo y Ortega…
– Y todos los dem谩s, Steve. Ah铆 todos est谩n alborotados.
– Todav铆a tenemos a Humala, se帽or.
– As铆 estaremos, si ese es el 煤nico cartucho que nos queda. Arranca Steve y aseg煤rate que la prensa disimule bien este fracaso.
– No podemos, Se帽or, hay que quedarse para la foto.
Y as铆, mientras esperaba por la foto, llegaron las palabras de Nicol谩s: “Nosotros hablamos de historia por que estamos orgullosos de ella, de la que construyeron nuestros libertadores y de la que estamos construyendo hoy. No tenemos una historia oscura de la cual arrepentirnos porque nunca hemos bombardeado ni asesinado a pueblos hermanos en ning煤n lugar del mundo”.
– ¡Y dale con la memoria de estos pueblos! -Suspir贸 agotado Barack.