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Pobres emigrantes ricos

OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- Cuando hablan de emigraci贸n, imagino a los miles y miles de africanos que se lanzan al mar en pateras, o a los tantos asi谩ticos que caen en las redes del tr谩fico de personas, y m谩s cerca, a los millones de colombianos llegaron y siguen llegando a Venezuela por los caminos verdes, todos desplazados por guerras, hambre, desesperaci贸n. Entonces me cruzo con una oleada de titulares y textos que se lamentan de lo que algunos han llegado a llamar “la di谩spora venezolana”: El drama de venezolanos, que se van del pa铆s buscando “un futuro mejor”.

Pobrecitos, y venden sus casas, sus carros, sus locales comerciales y hasta sus acciones de alg煤n club; y se suben a un avi贸n y llegan a la tierra prometida, generalmente los Estados Unidos, donde un abogado los espera para arreglarle sus papeles. La visa de empresario, que requiere un capital de cientos de miles de d贸lares, es muy solicitada ¡y la obtienen! Otros van como estudiantes, inscritos en universidades e institutos que cuestan un ojo de la cara para que les concedan su I-20. Algunos, los menos adinerados, se van con la visa de turista pero all谩 el abogado les muestra, a cambio de miles de d贸lares, los vericuetos legales que permitir谩n su permanencia y hasta la posibilidad de un green card. Queda claro que no es por hambre que se van, ni por la situaci贸n econ贸mica del pa铆s, como dicen, y menos si, antes de irse, hacen los tr谩mites en CENCOEX para las remesas, que recibir谩n desde el pa铆s que dejan atr谩s; porque nuestros emigrantes puede que sean los 煤nicos del mundo que en lugar de mandar dineros a sus parientes que no se fueron, lo reciben desde ese pa铆s cuya econom铆a destrozada los oblig贸 a partir.

En el caso venezolano, esa historia del emigrante que se fue con una mano adelante y otra atr谩s no es la norma sino la excepci贸n. Sus razones definitivamente no son econ贸micas. “¡No, chica, me voy por la inseguridad!”. Pavor intermitente que se apaga en navidad. Entonces retornan, por unos d铆as, a la casa que los vio crecer, a las playas, a las cenas en restaurantes hasta las tantas de la noche… Esto tampoco convence.

En fin, que no es nada nuevo, es una cuesti贸n expectativas personal铆simas. Unos se quedan, otros fuimos y regresamos y otros se van demasiado. Lo dem谩s es un drama medi谩tico, porque los ricos tambi茅n lloran.

*https://carolachavez.wordpress.com/

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