CARTA de Virginia Álvarez (responsable de Política Interior en AI) y Carmen López (responsable de Medios de Comunicación en AI) Si hay algo que vuelve a quedar claro con la última sentencia sobre la violación en grupo de una menor de 14 años en Manresa es una cosa: las palabras importan e importan porque construyen imaginarios en la sociedad. Importan porque según lo que se diga o se deje de decir, las mujeres sentiremos en mayor o menor medida que se lucha contra la impunidad y el silencio que ha envuelto a las agresiones sexuales, en parte por la acción o inacción de las autoridades que deberían protegernos. Las palabras importan y mucho, porque no estamos ante violencia doméstica cuando un hombre, bien sea el marido o cualquiera con el que se tiene una relación afectiva, pega, maltrata o mata a una mujer. Estamos ante violencia de género, estamos ante una violencia contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Empezar a llamar a las cosas por su nombre permite dimensionar el