OPINIÓN de Joan del Alcàzar.- Han salido a las calles los jubilados, hartos de estar hartos del discurso autocomplaciente de un Gobierno que ha hecho de la desfachatez una categoría de su identidad. Tanto ha insistido Rajoy en que la crisis ha pasado, que se le ha rebelado un colectivo que ha sido un granero de votos histórico para el PP. El descosido electoral puede ser, si las cosas van por donde apuntan, apoteósico.