OPINIÓN de Mauricio Castaño H ., Colombia.- Quien pone el oro, pone las condiciones, el poderío económico es soberbio, pasa por encima de otros valores que no sean los suyos. En estos tiempos del neoliberalismo o de ese mercado mundializado que rompe fronteras en busca de mayores fortunas, actúa sin pudor ante los poderes políticos, la imagen de jefes de Estado o sus altos ministros que van a hacer lobby en foros económicos ante los grandes empresarios es ya muy común. En la política doméstica a la colombiana y en una de sus ciudades, sucedió, es vox populi, que los empresarios que se hacen llamar Grupo Empresarial Antioqueño, con sus estilachos parroquianos, deciden o imponen los candidatos de sus preferencias pasando por encima de las estructuras, de las organizaciones políticas y de sus líderes que no les queda otra alternativa que agachar la cabeza como lo hizo el reconocido ex presidente y actual senador de la república Alvaro Uribe Vélez, quien a su vez causa un acto bochornos