OPINIÓN de Carola Chávez , Venezuela.- Iba por Caracas con José Luís, mi amigo que ofrece carreras con tertulias sabrosas. A la altura de La Previsora había un punto rojo donde firmar contra el decreto de Obama. José Luís pisó el freno: “¿Te importa si me paro un momentico a firmar?” -Dijo-. Dele que son pasteles -contesté pero ya él estaba con los muchachos del punto que apoyaban “al compañero que está haciendo una carrera y no puede demorar”. Sonriendo regresó al carro y seguimos. En la Plaza Bolívar de Caracas, sobre una tarima, Ricardo Sánchez, diputado de oposición junto a otros de sus compañeros, anunciaba su apoyo a la recolección de firmas, a la defensa de nuestra patria, de nuestro derecho a la paz. La plaza repleta de gente celebró sus palabras. Bienvenidos compatriotas, todos. Después de los discursos, como siempre, vino la música: puro sabor, pura alegría, y ese pueblo que minutos antes gritaba consignas patriotas, al son de los tambores se lanzó a bailar. Entonces se hiz