OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- En v铆speras del 11 de abril, a doce a帽os de aquel torpe, terrible y breve golpe de estado, parte de la dirigencia opositora, regres贸 a Miraflores; esta vez para dialogar. Una “alegre tristeza”, como lo defini贸 con lucidez punzo penetrante Jorge Rodriguez: “Tristeza porque llegaron 40 muertos tarde”
Cuarenta muertos tarde, acudieron porque Venezuela lo exig铆a, porque no qued贸 m谩s remedio que atender al llamado de di谩logo que el Presidente Nicol谩s Maduro ha venido haciendo desde mucho antes de que empezara la violencia. Pero ah铆 estaban y eso es un paso importante, un triunfo para un pa铆s que no sabe sino vivir en paz. Un triunfo para los vecinos secuestrados dentro de sus urbanizaciones, un triunfo para un pueblo ha resistido todo tipo de provocaciones, neg谩ndose a ser el instrumento ciego de su propia destrucci贸n, como pretenden algunos nost谩lgicos de tiempos no nada remotos.
Como no “bajaron los cerros”, como la guarimba rest贸, dividi贸 y agoniza solitaria sin muchos dolientes; el di谩logo se impuso, la pol铆tica se impone, y debe necesariamente imponerse la claridad.
Preocupa ver a la dirigencia opositora hablar en nombre del pueblo, en t茅rminos como “Nunca hubo tanta hambre como ahora”, “Este modelo fracas贸”, “Esto debe cambiar”… Todo mientras intentan adivinar el precio de una lata de sardina. Ver c贸mo desde su arrogancia, no entienden que cada vez que criminalizan a los colectivos, criminalizan al pueblo organizado, que cada vez que niegan un logro del gobierno, est谩n negando un derecho en ejercicio de ese pueblo siempre marginado por quienes pretenden hoy, democracia-representativamente, decirnos que las protestas de algunos sifrinos del este del Este son en pro de esos cerros que no terminan de bajar. Verlos en ese af谩n de hablar en nombre de quienes los adversan, olvidar en su discurso la voz de sus partidarios.
Hablar clarito es necesario. Como dijo El铆as Jaua: “El tema fundamental es el desconocimiento de la voluntad popular”. Esa es la ra铆z de una espiral de violencia de lemas que mutantes cuyo 煤nico fin es la permanencia en la calle, tal como dijo Leopoldo L贸pez, “Hasta que se vaya Maduro”. Dar brinquitos acusatorios alrededor de esta realidad es negarse la posibilidad de hacer una oposici贸n seria tal como Venezuela lo exige.