OPINIÓN de Mauricio Castaño H ., Colombia.- El dinero explica el poder, es fuente de engaño, de rebatiñas, guarida de hampones. Algún Papa lo llamó el estiércol del demonio. Para el escritor Fernando Vallejo es la causa de causas que explica la larga historia colombiana, una lucha de unas cuantas familias de la clase dirigente por apropiarse del presupuesto público, para algunos de una quinientas familias, para otros de unas cinco mil personas. Es indiscutible que el principal cáncer que amenaza de muerte a este país como a muchos del hemisferio es la mayúscula corrupción en su compleja variedad: puestos públicos con altos salarios y escandalosas y oscuras prebendas, contratos para hacer puentes donde no hay ríos y así con los demás renglones fundamentales de la economía como son la salud, educación, vivienda, alimentos, pensiones… grandes flujos de dinero son captados y simulan ejecutarse o simplemente cumplen con engordar los negocios de las familias políticas. Es la manera de ha