OPINIÓN de Carola Chávez, Venezuela.- Uno se mete en Facebook y se encuentra con cada cosa que a veces da miedito. Allí están olvidados viejos conocidos que, de repente, aparecen de la nada, como fantasmas en una foto, con algún comentario pavoroso. Sucedió hace unos días, unos venezolanos residenciados en Miami desde hace más de treinta años, de esos que, como muchos, recorrieron el largo y complicadísimo camino de los inmigrantes ilegales. Ciertamente, menos complicado que el de los millones que cruzan por la frontera mexicana. Los venezolanos llegan a Miami en avión pero por eso dejan de ser “ilegales”, no dejan de ser “latinos”, no dejan de ser esos indeseados a los ojos del republicano blanco que hoy les escupe sus prejuicios en la cara. Ese republicano con peluquín que vi en Facebook junto a una frase tecleada en inglés por dedos caraqueños: “Trump, that’s my man!”. Sangraron mis ojos mientras seguía leyendo: Trump es un hombre que ha hecho un imperio de la nada, decían, lo q