OPINIÓN de Joan del Alcàzar.- El día a día es crecientemente fétido. Personajes corruptos, instituciones carcomidas por los sobornos, cinismo de los responsables en dosis letales, y deshonestidad continuada en el desempeño del partido que sustenta al Gobierno de Rajoy. Además, dudas más que severas respecto a las posibilidades de alcanzar acuerdos desinfectantes entre aquellos que debieran saber conciliar sus diversos intereses para evitar que la gangrena siga avanzando. La pestilencia anuncia la cercanía de un precipicio que se sabe nefasto para todos, ciudadanos e instituciones.