OPINI脫N de Joan del Alc脿zar.- D铆as borrascosos los que hemos vivido. Va a ser dif铆cil salir del embrollo pol铆tico, judicial y de fractura social a varios niveles, y est谩 claro que el gobierno del Partido Popular no hace sino empeorar la situaci贸n d铆a a d铆a. La crisis de Estado que abri贸 el contencioso catal谩n no s贸lo no ha sido revertida, sino que cada vez es m谩s amplia y compleja. Por varias razones, pero la m谩s importante es la de mantener el frente del Ejecutivo a un procastinador compulsivo como es Mariano Rajoy. Un hombre que se empe帽a desde hace a帽os en evadir sus responsabilidades, refugi谩ndose detr谩s de cualquier persona, animal o cosa que le permita no tomar las decisiones a menudo dif铆ciles que su cargo exige.
La 煤ltima semana ha sido de las que se recuerdan pasados los a帽os. A la disputa grosera ante las c谩maras de televisi贸n de la familia real, con una suegra y una nuera que casi llegan a las manos, un hecho que es noticia por ser quienes son y que averg眉enza hasta a los mon谩rquicos, se ha a帽adido el asunto Cifuentes, incomparablemente m谩s grave a efectos pol铆ticos que lo anterior. Si no ten铆amos bastante, la absurda esperanza del PP y de Ciudadanos -y sus amigos medi谩ticos- de que la justicia alemana iba a convalidar, s铆 o s铆, la tesis de la rebeli贸n violenta argumentada por el juez Llarena, se ha derrumbado estrepitosamente. La imagen exterior de Espa帽a, ya bastante deteriorada, es a estas alturas terrible tras la decisi贸n de los jueces del Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein. Y la institucionalidad jur铆dica del Estado sufre una situaci贸n preocupante. No es s贸lo que el teorema de la Catalu帽a violenta ha quedado gravemente tocado por la resoluci贸n del tribunal alem谩n, como ha dicho Enric Juliana, sino que la Ministra de Justicia germana ha declarado que las autoridades espa帽olas deber谩n justificar mejor el delito de malversaci贸n del que acusan a Puigdemont, o no ser谩 entregado a Espa帽a. De las noticias que llegan de B茅lgica, Suiza y Escocia no hace falta decir nada.
En cuanto a la Monarqu铆a, como instituci贸n, parece evidente que ha recibido una fuerte patada desde dentro de la misma Casa Real. Si no hab铆amos visto suficiente con Urdangarin y su se帽ora, o con los muchos y diversos esc谩ndalos protagonizados por el ahora Rey Em茅rito, faltaba que la Reina actual y la jubilada dieran un espect谩culo como el que grabaron las c谩maras televisivas hace unos d铆as. Realmente es necesaria una instituci贸n tan anacr贸nica como 茅sta a una sociedad del siglo XXI? Pues aquellos que consideran que a煤n lo es deber铆an hacer algo para mantenerla presentable.
El Caso Cifuentes, todo un monumento a la falsedad y la arrogancia, ha puesto en el ojo del hurac谩n a una universidad p煤blica: la -mira por donde la coincidencia- Rey Juan Carlos (URJC). La soberbia y el cinismo de la presidenta de Madrid amenaza con llevarse por delante todo lo que haga falta para mantenerse en el poder, actitud en la que -como ya estamos acostumbrados- est谩 siendo apoyada por su partido [con la complicidad de Ciudadanos, dicho sea de paso]. La se帽ora Cospedal, secretaria general, lo ha dejado claro con las formas de Tony Soprano con su familia: "Tenemos que defender lo nuestro y a los nuestros". En la c煤pula del Partido Popular han interiorizado de tal forma su impunidad, que el hedor de la putrefacci贸n que les afecta parece no molestarles en absoluto. Y creen que al resto de la ciudadan铆a, tampoco.
Es evidente que desde la URJC ha habido un trato de favor con la se帽ora Cifuentes, trato que ha llegado a transgredir el C贸digo Penal, pero convendr铆a no tomar la parte por el todo. Los responsables directos, empezando por el Rector, no son toda la Universidad madrile帽a, ni las pautas de transgresi贸n son extensibles a la universidad espa帽ola. De hecho, estamos comprobando que, a pesar del inter茅s que algunos han puesto en ocultar una parte de la realidad, desde dentro de la propia URJC se ha demostrado que los procesos de gesti贸n de matr铆cula, custodia de actas y dem谩s no han podido ser ni escondidos, ni eliminados, ni improvisados al calor de los deseos de los implicados.
La respuesta del Partido Popular, por boca de su vicesecretario de Pol铆tica Social y Sectorial [a quien, por cierto, la web del PP atribu铆a un m谩ster que no tiene], es la de desacreditar a la Universidad como instituci贸n. "Creo que quien realmente tiene un problema es el sistema universitario", dijo Javier Maroto a la Cadena SER. Para 茅l, y hablaba en nombre de su partido, "lo importante del caso es saber si en Espa帽a hay universidades que conceden t铆tulos v谩lidos pero obtenidos sin acreditar los m茅ritos suficientes".
Del mismo modo que en la cuesti贸n catalana Rajoy se escondi贸 detr谩s de los tribunales de justicia hasta embarrar internacionalmente el sistema judicial espa帽ol, ahora desde el PP se preparan para desacreditar y ensuciar a la Instituci贸n universitaria en su conjunto. Esperamos que la Conferencia de Rectores (CRUE) tome cartas expl铆citas ante este ataque desesperado para derivar la atenci贸n de la ciudadan铆a, pero convendr谩 que tambi茅n los propios universitarios expliquemos claramente que esto que se ha visto en el Caso Cifuentes es una perversi贸n inaudita y singular que, en ning煤n caso, puede entenderse como una pauta habitual de las universidades p煤blicas espa帽olas.
La institucionalidad imprescindible en una sociedad democr谩tica est谩 siendo atacada. En unos casos, como la Monarqu铆a, por el propio comportamiento de la Familia Real. La Universidad p煤blica, acosada por un partido corrompido hasta la m茅dula, que no duda en embarrar todo aquello que no es capaz de controlar y subordinar. La configuraci贸n del Estado, desde los equilibrios del r茅gimen auton贸mico en la imprescindible independencia de los diversos poderes que lo constituyen, son objeto de la incapacidad o la malevolencia del gobierno de Madrid. Todo est谩 en riesgo.
Convendr铆a, cuando antes, cambiar al capit谩n y a su tripulaci贸n, que ha quedado visto y comprobado que est谩n decididos a hundir el barco si ello les conviene. Contin煤an en su idea de siempre, como en 2012 le dijo Crist贸bal Montoro a Ana Oramas: "Que caiga Espa帽a que ya la levantaremos nosotros".
La 煤ltima semana ha sido de las que se recuerdan pasados los a帽os. A la disputa grosera ante las c谩maras de televisi贸n de la familia real, con una suegra y una nuera que casi llegan a las manos, un hecho que es noticia por ser quienes son y que averg眉enza hasta a los mon谩rquicos, se ha a帽adido el asunto Cifuentes, incomparablemente m谩s grave a efectos pol铆ticos que lo anterior. Si no ten铆amos bastante, la absurda esperanza del PP y de Ciudadanos -y sus amigos medi谩ticos- de que la justicia alemana iba a convalidar, s铆 o s铆, la tesis de la rebeli贸n violenta argumentada por el juez Llarena, se ha derrumbado estrepitosamente. La imagen exterior de Espa帽a, ya bastante deteriorada, es a estas alturas terrible tras la decisi贸n de los jueces del Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein. Y la institucionalidad jur铆dica del Estado sufre una situaci贸n preocupante. No es s贸lo que el teorema de la Catalu帽a violenta ha quedado gravemente tocado por la resoluci贸n del tribunal alem谩n, como ha dicho Enric Juliana, sino que la Ministra de Justicia germana ha declarado que las autoridades espa帽olas deber谩n justificar mejor el delito de malversaci贸n del que acusan a Puigdemont, o no ser谩 entregado a Espa帽a. De las noticias que llegan de B茅lgica, Suiza y Escocia no hace falta decir nada.
En cuanto a la Monarqu铆a, como instituci贸n, parece evidente que ha recibido una fuerte patada desde dentro de la misma Casa Real. Si no hab铆amos visto suficiente con Urdangarin y su se帽ora, o con los muchos y diversos esc谩ndalos protagonizados por el ahora Rey Em茅rito, faltaba que la Reina actual y la jubilada dieran un espect谩culo como el que grabaron las c谩maras televisivas hace unos d铆as. Realmente es necesaria una instituci贸n tan anacr贸nica como 茅sta a una sociedad del siglo XXI? Pues aquellos que consideran que a煤n lo es deber铆an hacer algo para mantenerla presentable.
El Caso Cifuentes, todo un monumento a la falsedad y la arrogancia, ha puesto en el ojo del hurac谩n a una universidad p煤blica: la -mira por donde la coincidencia- Rey Juan Carlos (URJC). La soberbia y el cinismo de la presidenta de Madrid amenaza con llevarse por delante todo lo que haga falta para mantenerse en el poder, actitud en la que -como ya estamos acostumbrados- est谩 siendo apoyada por su partido [con la complicidad de Ciudadanos, dicho sea de paso]. La se帽ora Cospedal, secretaria general, lo ha dejado claro con las formas de Tony Soprano con su familia: "Tenemos que defender lo nuestro y a los nuestros". En la c煤pula del Partido Popular han interiorizado de tal forma su impunidad, que el hedor de la putrefacci贸n que les afecta parece no molestarles en absoluto. Y creen que al resto de la ciudadan铆a, tampoco.
Es evidente que desde la URJC ha habido un trato de favor con la se帽ora Cifuentes, trato que ha llegado a transgredir el C贸digo Penal, pero convendr铆a no tomar la parte por el todo. Los responsables directos, empezando por el Rector, no son toda la Universidad madrile帽a, ni las pautas de transgresi贸n son extensibles a la universidad espa帽ola. De hecho, estamos comprobando que, a pesar del inter茅s que algunos han puesto en ocultar una parte de la realidad, desde dentro de la propia URJC se ha demostrado que los procesos de gesti贸n de matr铆cula, custodia de actas y dem谩s no han podido ser ni escondidos, ni eliminados, ni improvisados al calor de los deseos de los implicados.
La respuesta del Partido Popular, por boca de su vicesecretario de Pol铆tica Social y Sectorial [a quien, por cierto, la web del PP atribu铆a un m谩ster que no tiene], es la de desacreditar a la Universidad como instituci贸n. "Creo que quien realmente tiene un problema es el sistema universitario", dijo Javier Maroto a la Cadena SER. Para 茅l, y hablaba en nombre de su partido, "lo importante del caso es saber si en Espa帽a hay universidades que conceden t铆tulos v谩lidos pero obtenidos sin acreditar los m茅ritos suficientes".
Del mismo modo que en la cuesti贸n catalana Rajoy se escondi贸 detr谩s de los tribunales de justicia hasta embarrar internacionalmente el sistema judicial espa帽ol, ahora desde el PP se preparan para desacreditar y ensuciar a la Instituci贸n universitaria en su conjunto. Esperamos que la Conferencia de Rectores (CRUE) tome cartas expl铆citas ante este ataque desesperado para derivar la atenci贸n de la ciudadan铆a, pero convendr谩 que tambi茅n los propios universitarios expliquemos claramente que esto que se ha visto en el Caso Cifuentes es una perversi贸n inaudita y singular que, en ning煤n caso, puede entenderse como una pauta habitual de las universidades p煤blicas espa帽olas.
La institucionalidad imprescindible en una sociedad democr谩tica est谩 siendo atacada. En unos casos, como la Monarqu铆a, por el propio comportamiento de la Familia Real. La Universidad p煤blica, acosada por un partido corrompido hasta la m茅dula, que no duda en embarrar todo aquello que no es capaz de controlar y subordinar. La configuraci贸n del Estado, desde los equilibrios del r茅gimen auton贸mico en la imprescindible independencia de los diversos poderes que lo constituyen, son objeto de la incapacidad o la malevolencia del gobierno de Madrid. Todo est谩 en riesgo.
Convendr铆a, cuando antes, cambiar al capit谩n y a su tripulaci贸n, que ha quedado visto y comprobado que est谩n decididos a hundir el barco si ello les conviene. Contin煤an en su idea de siempre, como en 2012 le dijo Crist贸bal Montoro a Ana Oramas: "Que caiga Espa帽a que ya la levantaremos nosotros".
